Es el desafío que una empresa de ingeniería china ha lanzado al mundo de la construcción. Sin hormigón, sin ladrillos, edificios completamente equipados listos para habitar en apenas unos días. El secreto está en la fábrica. La construcción empieza bajo techo. Todo está incorporado en estas placas. Desagües, cableado, aireación y hasta baldosas.
Un ejército de obreros se ocupa de ensamblar este mecano de enormes dimensiones. Tornillo a tornillo, los módulos prefabricados se apilan. Paredes y fachadas incluidas. Las pruebas sísmicas despejan cualquier duda sobre su seguridad. Soportaría un terremoto de 9 grados.
Construir así es, además de rápido, barato y ecológico. El modelo ideal para una China que no deja de crecer al ritmo del más difícil todavía.